"La vida entera puede ser sugerida por el temblor de una hoja."
Federico Fellini

sábado, 29 de noviembre de 2008

A fin de cuentas, de Máximo Simpson


Muchos tuvimos el gusto de ir a la presentación de la edición argentina del libro de poemas A fin de cuentas, de Máximo Simpson, en el café Monserrat. Fue una noche conmovedora. Los poetas responsables del ciclo, Amadeo Gravino y Jorge Calvo, hablaron de Máximo como el mayor poeta elegíaco de nuestra literatura. Es cierto. Yo recordé los versos de su poema El rastreador, donde resuena la convención canónica del canto elegíaco:
¿Dónde están las pisadas de mi pasos,
dónde están las miradas que dejé por el aire?
(ver el ubi sunt, y Manrique):
Precisamente, hace un tiempo escribí sobre la figura de El rastreador, un poema que condensa la singularidad y contemporaneidad de la obra de Máximo, manifiesta también en su actitud vital, consecuente y significativa. Una vida de poeta que no renegó del lirismo pero sí de la idealización del Yo lírico y del poeta como visionario, como iluminado.
Escribí sobre estas cosas en el marco de una Poética tanguera, buscando relaciones entre la danza del tango; las letras -que configuran una ficción en sí misma-; la música, de ritmo absolutamente singular; y la impronta existencial de nuestros poetas, presumiendo un parentezco posible entre la poesía culta y la cultura popular.
sigue acá...

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