"La vida entera puede ser sugerida por el temblor de una hoja."
Federico Fellini

lunes, 14 de enero de 2008

La suerte de la merluza

"El gobierno redujo la captura de merluza en 70.000 toneladas, lo que da un promedio de muy pocos viajes al año para la flota pesquera nacional. Ejemplo de una política demencial es permitir a los buques ilegales vaciar el mar argentino. En el 2004 cuando esto último no ocurría en parte, la captura máxima del stock sur fue de 330 mil toneladas y hoy apenas alcanza las 207 mil toneladas. Es decir, se redujo 37 por ciento en cuatro años. "



La suerte de la merluza
un cuento de Hebe Solves
Dibujo a pluma del artista Héctor Giuffré

Hay cuatro clases de buques y Rubén ha trabajado en todos. Salió de Córdoba a los dieciséis años y fue a Madryn, un puerto del sur. Ahí se embarcó por primera vez y, desde entonces hasta ahora, no ha parado. Siempre entre hombres es la vida del mar, dice. Pero hace poco, cuando se fueron ocho de los treinta de a bordo en el buque en el que trabajaba, contrataron en su lugar a ocho mujeres que limpian, cocinan y lo que quieran hacer, eso va de cada uno. En cambio, en puerto Rubén tiene dos esposas, y muchas otras mujeres dispersas por el mundo, que ha olvidado. Una de las esposas vive en Chipre, y la otra en Buenos Aires. Son su familia, más una hija griega y tres argentinos. Todos ellos reciben, desde que nacieron, la contribución mensual que envía el padre, al que ven muy pero muy de tanto en tanto.
Rubén viene de hablar por teléfono con la esposa de Buenos Aires que es nacida en la provincia de Córdoba, igual que él, en el mismo barrio de Alberdi donde corre un hilo de agua por el canal, allí donde de chico, el marinero echaba barcos de papel a correr tremendas aventuras, y donde se bañaba con la primera novia. Fue una conversación breve: el marinero ha sido atrapado con su barco en las cercanías de Montevideo y, como las autoridades comprobaron que los papeles del buque no estaban en regla y la carga era fraudulenta, lo requisaron. La empresa dispuso enviar al personal, por avión, hasta Madrid y de ahí a San Petersburgo, donde él y su grupo embarcarán de nuevo quien sabe en que otro barco pirata, a terminar el contrato.
Con Rubén viaja, en el mismo avión, el gerente administrativo, muchacho pulcro de origen chileno, con anteojitos y...

Para seguir leyendo el cuento, cliqueá acá...

No hay comentarios: